Muchos piensan que el invierno es una época de descanso para el bonsái, sin embargo a mi modo de ver es uno de los momentos más placenteros para hacer un montón de cosas. No tenemos el agobio del calor que nos saca las ganas de todo, salvo tomar unas cervezas con unos ricos saladitos en un bar, el patio o la terraza después del trabajo.
El invierno nos permite contemplar los caducos en su esplendor, observar detenidamente su estructura, su ramificación, descubrir los errores cometidos de poda o cultivo de la temporada anterior y preparar el árbol para el trasplante si hiciera falta.
Para las coníferas el mejor momento para alambrar, limpiar el follaje viejo y porque no, bajo el tibio sol de esta época con unos buenos mates encarar una remodelación...
Ellos, nuestros bonsáis, dormidos por el letargo del invierno, nos dan permiso para ver su intimidad y descubrir lo mejor de ellos. Ni decir de limpiar las macetas, o cuidar los jin y sharis de las coníferas, empezar a conseguir sustrato y macetas para los trasplantes de los meses de Agosto-Septiembre. También es una buena época para la lectura (BONSAI.AR-BONSAI AUTOCTONO-BONSAI ATUAL, etc,etc) , para hacer cursos, para intercambiar opiñones. Para estar un poco más en casa...
En definitiva una buena época para planificar el trabajo de la nueva época de crecimiento.
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